Después del último encuentro de la USG-Unión de Superiores Generales de noviembre de 2020, un grupo de Superiores Generales nos reunimos para tratar el tema de los religiosos laicos. En esta reunión decidimos pedir directamente al Papa Francisco el privilegio papal de poder confirmar la elección, en Capítulos Provinciales, de religiosos laicos como superiores mayores y así volver a ser lo que en principio fueron los Institutos mixtos por voluntad de sus Fundadores, es decir: disponer de una dirección laical-clerical en la que religiosos laicos y clérigos pudiesen gozar de igualdad de derechos. El primer paso fue revisar las solicitudes e intentos que cada instituto había realizado por su cuenta en sintonía con los acuerdos de sus respectivos Capítulos Generales. También se hizo una evaluación de la solicitud que, liderada por el P.Fr. Mauro Johri, Ministro General OFM Cap y con la asesoría del P.Fr. Philippe Toxé O.P., se había tramitado, en este mismo sentido, desde la USG y que no obtuvo respuesta alguna ,muy posiblemente porque no llegó a las manos del Papa. Desde el inicio, esta nueva iniciativa estuvo apoyada por el presidente de la Unión de Superiores Generales el P. Arturo Sosa, Prepósito General de la Compañía de Jesús. Se procedió, pues, a elaborar una nueva solicitud, pero la cuestión empezó a complicarse al llegar al punto de tocar el Derecho Canónico, algo que el propio Papa Francisco nos diría más tarde que era mejor no tocar, pues se convertiría en un proceso interminable y existía incluso el peligro de que, como ya sucediera en 1917, la cuestión quedase presa del propio Derecho y se acentuase la clericalización. Vimos, pues, con claridad que no podíamos seguir el mismo camino de la comisión anterior, sino que debíamos buscar otra vía y asegurarnos de que la nueva solicitud llegara al Papa. Se procedió, entonces, a consultar a diferentes especialistas en Derecho y se elaboró un primer borrador. El P. Michael Perry, Ministro General OFM, quien lideró esta nueva Comisión del grupo de Generales para este proceso, compartió con todos los miembros de la Comisión el libro del canonista Francisco Boni titulado “Gli Istituti Religiosi e la loro Protesta”, con el fin de seguir alimentando la reflexión dentro de las comunidades religiosas interesadas en el tema. La siguiente actividad fue realizar un primer borrador, que estuvo a cargo de nosotros y, una vez realizado dicho borrador, se sometió a correcciones, siendo enviado finalmente al presidente de la USG, el P Arturo Sosa. Después fuimos convocados de nuevo para definir la estrategia a seguir a la hora de presentar el documento y hacer las pertinentes revisiones. Tras diversas reuniones más y de hacer otras consultas a diferentes canonistas, se decidió presentar directamente al Papa Francisco un “rescritto” con una solicitud del privilegio. La solicitud se limitaría a pedir el privilegio de confirmar la elección de un superior mayor que no sea sacerdote. A partir de este momento, el grupo de Congregaciones se redujo a nueve Institutos (Congregaciones y Órdenes) porque no todos disponían de un acuerdo del Capítulo General que pudiese avalar dicha petición. El día 24 de junio de 2021 asistimos a la audiencia con el Papa Francisco: Gregory Polan (Abad Primado de la Orden de San Benito), Carlos Trovarelli (Ministro General OFM Conv), Frank Pérez (Superior General de los Terciarios Capuchinos), Amando Trujillo Cano (Superior General TOR), Miguel Miró (Prior General OAR), Tesfaye Tadesse (Superior General de los Combonianos), Roberto Genuin (Ministro General OFM Capuchinos), Michael Brehl (Superior General de los Redentoristas), y Michael Perry (Ministro General OFM). a cita para encontrarnos fue en el cortil del Belvedere. Allí oramos juntos y nos animamos unos a otros antes de entrar al palacio apostólico. Una vez dentro nos recibió el Papa Francisco saludándonos de mano uno a uno. Al saludar al último y meterse en su sitio, sonrió y nos llamó “el sindicato”. Era consciente de que nos estábamos saltando un estamento importante y que estábamos evitando los filtros de burocracia que tiene toda institución grande. A continuación, cada uno de nosotros pudimos expresar, por turno, los diferentes intentos realizados en este sentido sin obtener una respuesta favorable o, incluso, como les sucedía a algunos, sin obtener respuesta alguna. Las palabras del Papa fueron de comprensión y, como conocedor de la Vida Religiosa, se mostró de acuerdo con que, dentro de nuestra esencia de consagrados en Institutos orientados a ser hermanos y clérigos sin distinciones y que nunca tuvieron la idea el ser Institutos clericales, lo que se había hecho con nosotros era claramente una imposición. Quiero destacar que durante la audiencia tuvimos un ambiente distendido de fraternidad y acogida por parte del Papa Francisco. Al salir expresamos nuestro agradecimiento y nos comprometimos a seguir en contacto para continuar el camino desde las indicaciones que puedan surgir como respuesta a la solicitud. Ha sido un paso más y ahora mismo depende de lo que la Iglesia nos diga. Dejo esta vivencia como testimonio y para conocimiento de todos los hermanos desde el servicio que me han encomendado.