Comenzamos a prepararnos para celebrar el Misterio de la Navidad del Señor, con el inicio del Adviento el 27 de noviembre. A lo largo de los cuatro domingos de Adviento somos invitados a preparar la venida del Señor, a través de la oración.
Tal como nos lo recordó el Papa Francisco, este domingo, en el Ángelus, en la Plaza de San Pedro, “este es el fundamento de nuestra esperanza, y lo que nos sustenta hasta en los momentos más difíciles y dolorosos de nuestra vida: Dios viene, Dios está cerca y viene”. Francisco nos invita también a estar atentos y a la espera que el Señor venga, a la espera que el Señor se acerque a nosotros, pues Él está presente”, reforzando para que “esperemos vigilantes”.
Para vivir este Adviento, te dejamos una reflexión para cada Domingo y semana de este Adviento, escritas por el Pe. Tiago Melo, de la Dirección de Comunicación del Comité Organizador Local de la JMJ Lisboa 2023. Te invitamos a encender una vela por cada semana de Adviento y compartir con nosotros un video de tu corona de adviento, etiquetando la página oficial de la JMJ Lisboa 2023 en Instagram, o compartir tu video a través del correo: comunicacao@lisboa2023.org.
Acompaña todo por el Instagram de la JMJ Lisboa 2023.
I Domingo de Adviento
Estamos unidos en esta grande espera, el tiempo de Adviento.
Dios viene para todos, y todos Lo esperan.
Iniciamos un nuevo año litúrgico con el Tiempo de Adviento. Es un tiempo de espera y vigilancia por naturaleza. En este camino, nosotros, cuerpo actuante de Cristo, que es la Iglesia, nos preparamos para celebrar el Misterio de la Navidad del Señor. Al mismo tiempo en que celebramos el nacimiento, otra espera también nos es presentada: la venida definitiva de Jesús, llamada Parusía. Esta espera se hace a lo largo de nuestro camino de fe. Este camino, con María, pasa por innumerables pruebas. A pesar de las incertidumbres, ¿puedo ver la presencia de Dios que “Se hace carne” y está entre nosotros?
II Domingo de Adviento
Juan Bautista, aquel que anuncia la venida del Señor y prepara sus caminos, es la figura que se destaca en esta segunda semana de Adviento. Hombre peculiar y una vida espiritual impar, nos ayuda a ver los planes de Dios en nuestra vida y nos hace la invitación también de anunciar no solo con los labios, pero con la vida, aquello que proclamamos. Juan Bautista es profeta. Anuncia y denuncia. Nuestra vocación cristiana carga, también con identidad y vocación profética. ¿Vivo aquello que proclamo? ¿Creo, verdaderamente, en lo que profeso con mis labios? ¿Cómo veo las injusticias en el mundo?
III Domingo de Adviento
Celebramos hoy el Domingo de Alegría, que nos habla que estamos en medio de un camino y nos acercamos al Misterio de la Encarnación, el Nacimiento del Señor. La alegría es la identidad del cristiano. Esta alegría es paciente y esperanzadora. Llena de luz cualquier dificultad que nos aparta del camino del Señor. Esta alegría hace que nuestro camino sea más fácil, rodeado de hermanas y hermanos, amigos y amigas que, de manos agarradas, caminamos rumbo al Cielo. Yo, como cristiano, ¿lleno mi corazón de verdadera alegría o apenas con alegrías pasajeras?
IV Domingo de Adviento
Este domingo nos acerca más a la grande manifestación de amor de Dios por nosotros. Vino habitar en medio de nosotros: humanidad pecadora. Veamos, en este misterio, figura paternal y discreta de San José. Hombre trabajador, soñador y proveedor de la Sagrada Familia. El silencio de José nos habla, y mucho: de cómo puede ser nuestra relación con Dios. A veces es delante del silencio que escuchamos y discernimos la acción de Dios en nuestra vida. Así como José y María, Dios, quiere usar a cada uno de nosotros en este proyecto de amor y salvación. Vivir el Adviento es preparar nuestro corazón, mente y voluntad para recibir aquel pequeño-grande Principe de la Paz. ¿Cómo viví el Adviento? ¿Cuáles son las principales preguntas que brotan en mis oraciones? ¿Cómo veo a Jesús hoy en mis hermanos y hermanas?