A TODA LA FAMILIA AMIGONIANA
Mensaje del Superior General por la fiesta del Buen Pastor
“YO HE VENIDO PARA QUE TENGAN VIDA Y LA TENGAN EN ABUNDANCIA” (Jn 10,10)
Hermanos,
Mi saludo y felicitación a todos los hermanos y hermanas que forman parte de Familia Amigoniana con ocasión de este cuarto domingo de Pascua en el que celebramos la fiesta del Buen Pastor.
Este año nos toca celebrar esta fiesta en tiempos de confinamiento y aislamiento. Sé que no es tarea fácil hablar de vida en medio de tanta incertidumbre y elevadas cifras de fallecidos. Pero la palabra de Dios, que siempre es fuente de vida, nos trae en el Evangelio de este domingo una afirmación que es para nosotros una oportuna sentencia vital: “Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia”.
Para quienes tenemos encomendados servicios en los que ejercemos de algún modo como “pastores” y somos en cierta medida referentes de vida para otros, esta fiesta del Buen Pastor nos invita a asumir una tarea y unas actitudes que van más allá del ejercicio de una determinada responsabilidad. Unas actitudes que no casan con el “autoritarismo efectivo” al que estamos acostumbrados (y que solo crea personalidades dependientes), sino que exigen un liderazgo sano que promueva la participación de todos y favorezca la madurez y el crecimiento de los otros. El autoritarismo puede ser efectivo, pero no es humano ni mucho menos evangélico. Es un modelo caducado y, como dice Gonzalo Díez, “lleno de pequeñeces funcionales” que en esta pandemia que vivimos ahora se han visto “colocadas en su sitio, sin duda secundario y circunstancial”.
El misterio pascual nos enseña que en la fe en la resurrección de Jesús está la fuente de la vida “en abundancia”. Un acontecimiento que supone la victoria ante la muerte y la conquista de la vida para siempre. Por eso, la celebración hoy de esta fiesta, es para nosotros una invitación a ser referentes en nuestro mundo siendo testigos de la resurrección y, fieles a nuestra vocación, auténticos “Zagales del Buen Pastor” que con su vida y entrega hacen presente en este mundo a un Dios que “jamás abandona a su pueblo, especialmente cuando el dolor se hace presente”, como dice el Papa Francisco en la meditación “Un plan para resucitar” publicada en la revista Vida Nueva
En Francisco de Asís y Luis Amigó, figuras que forman parte fundamental de nuestra espiritualidad, tenemos verdaderos referentes de hombres que, movidos por el Espíritu Santo, han aceptado vivir siendo instrumentos de Dios. De hombres que, encarnando las actitudes del Buen Pastor, han dado a la Iglesia un nuevo frescor carismático en el que nos inspiramos quienes formamos parte de la familia amigoniana. Por tanto, en un momento histórico como este que estamos viviendo y en el que se vislumbran cambios importantes en el orden de un mundo en el que tantas seguridades parecen haber fracasado, ser testigos de la resurrección como zagales del Buen Pastor exige de nosotros estar abiertos, como ellos, al soplo del Espíritu. Y más si cabe, frente a los importantes retos que nos esperan en los próximos tiempos. Como dice el Papa Francisco en el documento “Un plan para resucitar”, “es el soplo del Espíritu el que abre horizontes, despierta la creatividad y nos renueva en fraternidad para decir aquí estoy”.
Feliz fiesta hermanos y que Jesús Buen Pastor bendiga nuestra gran Familia Amigoniana con nuevos impulsos de vida en estos tiempos difíciles. Y dado que hoy también celebramos la Jornada mundial de oración por las vocaciones, oremos unidos a la Iglesia universal para que Jesús Buen Pastor nos bendiga con nuevas vocaciones religiosas y laicales.
Termino con estas otras palabras del Papa Francisco: “Es momento de asumir el impacto, animarnos a una nueva imaginación de lo posible… y si actuamos como un solo pueblo, podemos imaginar un impacto real”.
Un abrazo fraterno.
P. Frank Gerardo Pérez Alvarado
Superior General
Roma, 02 de mayo de 2020.