Visita Canónica Casa Noviciado Mártires Amigonianos Abomey-Calavi, Cotonou, Benin, Africa

En la mañana del día 07 de Enero, de Madrid, pasando por París, emprendimos el viaje al África de la esperanza vocacional, para llegar a nuestra comunidad de la Casa Noviciado en Calavi, a media noche, debido al atraso por razones meteorológicas del invierno europeo. También debí emprender el viaje sin la compañía del P. José Luis Segarra por razones de documentación. Él se unirá a la visita el miércoles 10 de enero, en la noche, luego de resolver la dificultad de visado.
En el aeropuerto esperaba con paciencia Fr. Isaac Calvo, español, el hermano acompañante de la formación y administrador de la comunidad, compuesta también por el P. Sanctus Morand, de Benín, y Fr. Jaime Humberto Zapata de Colombia. Una pequeña comunidad con hermanos de tres países y continentes diferentes, la diversidad que enriquece la unidad, que en esta ocasión de la Visita Canónica, reciben el Decreto Oficial que crea la comunidad y casa noviciado en Benín con fecha 07 de Enero de 2018 .
El lunes 08 iniciamos la visita canónica con el rezo de laudes, y de inmediato el primero de los tres encuentros comunitarios, con los elementos troncales de la visita canónica general: La vuelta al amor primero y el retorno a la comunidad fraterna, concluyendo con los compromisos personales de cada hermano y los de la comunidad, como proceso para seguir en el crecimiento y madurez en este camino.
Visitamos a nuestras hermanas en sus dos comunidades cercanas: Casa Noviciado en Ouidah, también una comunidad multicultural: Venezuela, Colombia, Tanzania, Benín. Junto con ellas celebramos la Eucaristía con algunas danzas tradicionales y luego la comida y un homenaje de la cultura de Tanzania, hecho por las novicias. Igualmente visitamos las hermanas que en Cotonou tienen la Casa del Postulantado, un dispensario y escuela; comunidad multicultural y de diversas nacionalidades, cinco postulantes todas de Benín. Con ellas compartimos el gozo del ser amigonianos y la comida.
Teniendo tan buenas relaciones con la parroquia y el párroco de Saint Pierre de Tokan, el P. Marcel en cuya jurisdicción hemos comprado un terreno de una y media hectáreas, le hicimos la visita de comunión fraterna, manifestando él, su buena disponibilidad para acompañarnos en procesos apostólicos futuros. Por ahora los hermanos apoyan las labores de la parroquia, mientras el sueño de tener una Casa de Formación en propiedad en tierra Benín, comienza a materializarse, pues próximamente se hará el muro que rodea el terreno, lo que en este país es obligatorio, y se ha hecho alguna celebración para darle a conocer a la comunidad que nos circunda nuestras intenciones de estar pronto allí. También hicimos una corta visita al vicario episcopal de Cotonou; el obispo de la diócesis, hacía poco tiempo había recibido al P. Provincial en su visita a estas tierras. Visitamos también al segundo vicario de la diócesis con quien compartimos largamente para darnos a conocer.
El encuentro con un  grupo de jóvenes a quienes esta comunidad viene haciendo seguimiento desde hace ya un buen tiempo, fue momento culmen en la visita. Es redescubrir la esperanza cierta de que el Señor sigue llamando, y que en este país, se hace evidente. Tenemos más de 50 jóvenes con los cuales se trabaja vocacionalmente; de ellos unos 30 en Cotonou y otros en ciudades más distantes. Fueron invitados unos 20 y llegaron 11, día de trabajo y escuela, siendo que son todos estudiantes de últimos años de bachillerato, universidad o ya profesionales. Una conversación con traducción simultánea muy rica y profunda. Impresiona la capacidad receptiva de ellos y la seguridad de sentirse llamados por el Señor, el sentir que por lo que los hermanos les han anunciado desde sus propias experiencias, esta es una Congregación en donde vale la pena seguir al Señor. Están en diferentes fases del proceso, algunos apenas participando de las reuniones dominicales cada quince días, otros ya han pedido el seguimiento personalizado; y dos de ellos han realizado primera experiencia comunitaria en Costa de Marfil y han pedido la segunda que será más larga y que propiciará el paso al postulantado. Todos han participado en los procesos parroquiales y diocesanos que son ya tradicionales durante el año.
Este encuentro y esta realidad es posible por el trabajo dinámico y comprometido de los tres hermanos que componen la comunidad. Se han abierto a la vida parroquial y diocesana siendo uno de ellos, miembro del Equipo de Pastoral Vocacional de la diócesis; trabajan en unidad con las hermanas terciarias capuchinas y otras comunidades; se sienten llamados por el Señor para, con su vida testimonial de consagrados amigonianos, invitar a otros a vivir la misma experiencia. Y el Señor con esta comunidad formadora nos está bendiciendo.
Agradecemos a esta querida Comunidad formadora de Calavi por su acogida, por el diálogo enriquecedor y fructífero, por el proceso de crecimiento personal y comunitario en el que se encuentran y porque con su alegría de vivir, son señal de la plenitud vital que garantiza el seguimiento del Señor.
Fr. Marino Martínez P. tc

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