La Visita Canónica a la Comunidad Padre Luis Arturo Nieto, Parroquia de San Bartolomé y Casa de hermanos mayores, necesariamente revistiría características especiales, dadas las situaciones de las dos obras. Los hermanos visitadores, el P. José Luis Segarra, y Fr. Marino Martínez, nos trasladamos allí desde la Comunidad de Cajicá, el viernes 24 de marzo, pues la visita sería entre el 25 y el 28 del mes. Previamente sabíamos que compromisos adquiridos con la diócesis no nos permitirían encontrarnos con todos los hermanos hasta el lunes, por lo que acompañamos la vida de comunidad y de la parroquia, conversamos con los hermanos que nos fue posible, celebramos en la Parroquia el sábado y domingo, pudimos participar de la reunión de la Comisión General Misap durante todo el día domingo, pues coincidían las fechas con nuestra visita a esta comunidad. Ya el lunes, día de descanso de la parroquia, programamos dos encuentros comunitarios con la participación de toda la comunidad y allí expusimos los objetivos de la visita canónica y compartimos a profundidad el texto “Despertad al Mundo”, que hemos trabajado en todas las comunidades. El martes los hermanos de la comunidad redactaron los compromisos personales en las áreas de Consagración, Fraternidad y Misión; se reunieron en comunidad para la redacción de los compromisos comunitarios y hacia las once hicimos el encuentro de cierre de la Visita Canónica. Llama la atención y edifica la buena y profunda participación de los hermanos, la lucidez de nuestros hermanos mayores, el inmenso deseo manifestado por mantenerse en fidelidad y servir hasta el fin, la claridad grande en el sentirse miembros de la Iglesia, las buenas relaciones y el espíritu de fraternidad que se vive en la comunidad, la delicadeza de cada uno por la atención a los visitantes y la viva participación en la obra de la Parroquia, sea en la celebración de las muchas Eucaristías que se celebran tanto en semana como los domingos, el cuidado de las capellanías, la atención personal a los feligreses, la dedicación de los hermanos al Sacramento de la Confesión en cada Eucaristía y la disponibilidad permanente de todos en los diferentes servicios de la comunidad. Da gusto envejecer con esa capacidad de vivir. Da gusto sentir a los hermanos disfrutar la vida y el servicio; son todo un ejemplo de vida y un camino que nos queda a quienes vamos detrás para descubrir la verdadera identidad del ser amigoniano. Que el buen Dios los siga llenando de su Espíritu y que sigan siendo la retaguardia orante de la amada Congregación.