Visita Canónica Colegio Santa Rita

De la Comunidad de Caldeiro, después de una preciosa peregrinación a la ciudad de Ávila, en el año jubilar teresiano, acompañados por algunos miembros de esa comunidad, fuimos a la Comunidad del Colegio de Santa Rita, a donde llegamos en la tarde del día siete.
En España en estas fechas se celebra el día de la Constitución que es festivo y a este se agrega la solemnidad de la Inmaculada Concepción de María, por lo que en estas fechas ha correspondido un puente largo, o mejor como dicen aquí, un viaducto; esto ha hecho que nuestra visita a la Comunidad de Santa Rita se haya centrado esencialmente en el encuentro fraterno con los hermanos, con quienes hemos trabajado alrededor de la mesa comunitaria los temas centrales de la Visita Canónica: la vuelta al amor primero y el regreso a una vida de comunidad en fraternidad. Han formulado sus compromisos comunitarios y también los personales, que posteriormente hemos compartido.
Visitamos la Comunidad de Hermanas Terciarias Capuchinas de la Granja; son cinco hermanas que además de atender un hogar de protección para seis niños, participan en las labores pastorales y litúrgicas de las parroquias que las rodean.
Tuvimos también ocasión, como comunidad, ir a ver la película “Los Monjes de la Isla”, un hermoso documental que presenta la vida religiosa en su esencia y sobre todo en la capacidad de desapego y disponibilidad.
El lunes 11 de diciembre, aprovechando que ya el colegio está en plenitud de funcionamiento, nos dedicamos al encuentro con los alumnos y alumnas, al igual que con sus maestros, comenzando con los de la ESO; luego con todos los chicos y chicas de primaria, en dos grupos, dada la cantidad que son; finalmente hemos ido hasta las aulas de preescolar, desde los tres años hasta los de cinco, en un clima de familia sorprendente y con la alegría de ver maestras y maestros en este momento esencial de la formación de los niños, cuando las figuras de referencia paterna y materna son de importancia máxima.
Hemos compartido con los chicos y chicas de zagales y voluntarios que tienen muy claro el sentido de solidaridad y que los fines de semana acompañan abuelos en sus residencias; y con una hermosa claridad de entender que cuando ellos van a los abuelos, es Jesús quien los visita.
También este Colegio es dirigido por un excelente Equipo de Laicos, presididos por Miguel, un joven maestro que es exalumno del Colegio como sus hermanas y quien afirma haberse educado en los patios de Santa Rita. Con este Equipo Directivo conversamos un buen tiempo en la mañana; allí tiene asiento el religioso responsable de la Pastoral en el Colegio, Fr. Víctor García, quien con alegría contagiosa nos muestra cómo en el Colegio Santa Rita no se hacen actividades de pastoral, sino que son un Colegio que vive en pastoral, tanto alumnos como maestros, lo que marca una gran diferencia. Y comenzando por el director de la Institución y pasando por los otros miembros nos fueron narrando, no sin emoción contenida, qué significa para ellos estar en Santa Rita, viviendo esta experiencia más que como una oportunidad laboral, como un servicio a la comunidad que a los primeros que enriquece es a ellos mismos, pues ven cómo se puede trabajar en el entorno educativo reglado con los seres humanos más frágiles, de un modo inclusivo y con miras a la calidad humana. Son más de seiscientos niños y niñas, de los cuales más del 40% pertenecen a grupos de migrantes latinoamericanos y de otros lugares del planeta. Expresan los directivos que este Colegio es una especie de Naciones Unidas.
Santa Rita, nuestra primera obra educativa amigoniana, lugar en donde nuestros primeros religiosos en 1891 se encontraron con el carisma vivo aún sin desarrollos, y con una espiritualidad vivida desde los elementos esenciales de la ascética cristiana, comenzaron a desarrollar, con la mística propia de quien cree, los procesos pedagógicos que luego se han conformado en la Pedagogía de la Presencia, en la Pedagogía del Sentimiento, en la Pedagogía del Amor, en la Pedagogía Amigoniana que a todos los religiosos y laicos que vivimos esta experiencia evangélica, nos llena de gozo, pues es el retorno vivo al evangelio de la cercanía y la misericordia, con los que el mundo ha dejado a la vera del camino, y que para nosotros se constituyen en los amados por Jesús.
Agradecemos a los hermanos de esta comunidad y a todos los maestros del Colegio por su disponibilidad, por su apertura y presencia y por los muchos detalles para con nosotros. Que el Buen Padre Fundador que visitó tantas veces esta comunidad y casa, así como los mártires que en ella entregaron su vida por el Señor, sigan bendiciendo esta comunidad y obra apostólica que sigue siendo cada vez más actual y necesaria.
Fr. Marino Martínez P. tc

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