La fraternidad es parte de nuestra identidad

Del 26 de junio al 3 de julio, en el convento y santuario capuchino del Cristo de El Pardo en Madrid, hemos vivido el curso destinado a religiosos y religiosas juniores de la familia franciscana, cuya temática ha sido la fraternidad. La presencia fructífera de una treintena de hermanas y hermanos, de formadoras y de los facilitadores, José Luis -OFM- y de Eloísa y Ana -Clarisas- posibilitó una genuina experiencia de soro-fraternidad, que no se centró tan solo en la reflexión teórica de las fuentes franciscanas, sino también, en el compartir a través de bailes, juegos, oración, así como de diversidad de espacios en donde reinó la alegría de sabernos precursores de un carisma vivo y renovador. En el curso se evidenció la realidad de las y los consagrados jóvenes -sin matices ni adornos-, se nos invitó a mirarla de forma crítica y evangélica, y se nos recordó que nos hemos comprometemidos a ser constructores de fraternidad en el cotidiano y en los lugares en donde estamos y en aquellos a dónde nos lleve el Señor, al estilo de Clara y Francisco de Asís. Se nos reiteró que estamos en el mundo para ser hermanas y hermanos todos, y que no debemos olvidar que la fraternidad es parte de nuestra identidad. Esto transcurrió en un equilibrio entre estudio y práctica. Las reflexiones y lo vivido nos dejaron animadas y animados a seguir respondiendo a la vocación cristiana-franciscana. Durante estos días hemos celebrado el don de la vida de Listher -amigoniano- y de Lucia -clarisa-. Vivimos también dificultad, algunos hermanos y hermanas dieron positivo para covid-19, sin embargo, continuaron el curso respetando las medidas sanitarias vigentes en España. El penúltimo día realizamos un día de excursión en el borde del río Manzanares y finalizamos el curso celebrando la Eucaristía dominical con la comunidad de fe que se congrega en el santuario. Los religiosos terciarios capuchinos que estuvimos presentes -Jonh Be, Listher, David y Roberto- nos sentimos agradecidos por esta vivencia, fortalecidos por los momentos y aprendizajes, y acompañados por quienes desde otras circunstancias viven las mismas alegrías y penas, esperanzas y gozos de la vida religiosa.

Fr. Roberto Castillo Telles T.C.

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