Procedentes de Panamá, llegamos al aeropuerto de Maiquetía que sirve a la ciudad Capital de Venezuela, en donde, como siempre, tan fraterno, nos esperaba Fr. Francisco Javier Iriarte M. para llevarnos hasta la comunidad en Caracas.
Ya al día siguiente viernes, nos encontramos con los grupos de profesores primero de secundaria y posteriormente de primaria, con quienes en una conversación informal y alrededor de un compartir fraterno, nos enteraron de la marcha del Colegio y de las dificultades que ahora enfrentan con la situación política, social y económica que vive el país.
El viernes 9 acompañamos el Sacramento de la Confirmación a los chamos y chamas (muchachos y muchachas) del Colegio, quienes lo recibieron después de una preparación concienzuda a cargo del Equipo de Pastoral del Colegio en cabeza del P. Juan Carlos Rincón, y de manos de Mons. José Trinidad Fernández Angulo, Obispo Auxiliar de Caracas. El sábado siguiente, y también en la parroquia de la Virgen de Chiquinquirá, presidimos la celebración Eucarística de la Primera Comunión de los niños y niñas del Colegio.
El domingo, fuimos a la ciudad de la Victoria, en el Estado de Aragua, hora y cuarto de carretera, para acompañar las diferentes comunidades de la familia amigoniana que allí funcionan y que son acompañadas en sus procesos de formación por el P. Juan Carlos Rincón y Fr. Ezequiel Sierra. Con ellos compartimos un desayuno en donde nos informaron de la marcha de los programas que allí se llevan: el Ambulatorio Fr. Luis Amigó y el Centro Integral Fr. Luis Amigó con carácter de internado, dos grandes obras que fueron realizadas y mantenidas mucho tiempo por el P. Miguel Parra Palma, quien ahora trabaja en Guatemala con un permiso de estadía por fuera de la Congregación. Posteriormente presidimos la Eucaristía, acompañados por el Ministerio de Música que llena de energía toda la celebración Eran unas 180 personas de la familia amigoniana.
Lunes, martes y miércoles los aprovechamos de lleno para trabajar con los hermanos, hablar con ellos y escuchar la situación del país más a fondo. Les presentamos los núcleos de nuestra visita e hicimos acuerdos en el tiempo y en los horarios, dadas las circunstancias del Colegio.
El jueves salimos vía aérea hacia la ciudad de Barquisimeto, en donde nos buscaría el P. Fernando Vargas, para llevarnos hasta San Felipe en el Estado Yaracuy.
Regresamos el domingo en la tarde a Caracas, Fr. Salvador quien no pudo ir inicialmente a La Victoria fue allí el lunes para conocer y enterarse de los procesos que allí se desarrollan. Y el martes retomamos nuestro trabajo con la comunidad de Caracas, en la ausencia de Fr. Ezequiel quien partió para la Escuela de Formación de Formadores en Costa Rica, haciendo el Encuentro de cierre de la Visita y así emprender viaje hacia México el día miércoles en las horas de la mañana.
Una pequeña comunidad de tres hermanos, uno español, los otros dos venezolanos, que luchan denodadamente por mantener su vida consagrada, fraterna y apostólica, frente a condiciones adversas y en donde a veces la esperanza pareciera que se quiebra, pues muchos de los esfuerzos parecen inútiles frente a una economía caótica con inflación real que supera a estas fechas el 700%; sólo saber, hermanos, que al llegar a Venezuela el dólar se cotizaba a 6.000 bolívares y hoy martes 20 de junio, doce días después, está en el mercado a 9.000 bolívares, sin contarles los precios de los alimentos y el valor del salario mínimo que es irrisorio y totalmente desvalorizado. Oremos por esta tierra ahora con tantas dificultades y por estos hermanos nuestros que luchan con pasión por mantener la misión encomendada.
