Llegamos a ciudad de Guatemala procedentes de Querétaro en México y ya en el aeropuerto nos esperaba el P. Eliécer Valladares, Fr. Mario y uno de los postulantes. Fr. Marvin, el otro hermano de comunidad, realiza en Colombia el mes de formación para los votos perpetuos.
A las 17.00 horas en el templo dedicado a la Madre de Guadalupe, celebramos como estaba previsto el acontecimiento de los 25 años de la Declaración de Venerable del Padre y Fundador, en medio a la comunidad que participa de la Eucaristía dominical, y la fineza del P. Julio Barrios su rector, nos permitió presidir y presentar la figura amable del amado Padre .
El lunes 25 trabajamos íntegro el documento Despertad el Mundo. Los postulantes muy atentos, se sentía que el tema calaba en sus almas de buenos iniciados.
El 26 iniciamos el encuentro personal con cada uno de los postulantes, nueve en total: 4 de Guatemala, 1 de Nicaragua, 2 de Costa Rica, 2 de México, de forma distendida, abierta y con una comunicación muy limpia, en donde surgieron elementos que posibilitaban mostrar el camino. Y así hasta el viernes 30 cuando terminamos de escuchar al último de los hermanos.
La celebración diaria de la Eucaristía con toda la comunidad fue un momento de gran riqueza espiritual; la diaria convivencia en todas las labores del día del postulantado propició la cercanía amable con cada uno de los hermanos; la apertura de ellos permitió la sonrisa, el gracejo, la cercanía que deja bellos recuerdos de hermanos y aprendizajes de discípulo.
El miércoles tuvimos la oportunidad de visitar al Señor Arzobispo de la ciudad de Guatemala, Monseñor Oscar Julio Vian Morales, salesiano, a quien le presentamos la comunidad, la obra del postulantado, y la ilusión de en un medio plazo con religiosos guatemaltecos, tener una obra propia de nuestro carisma, que nos reclaman en este sufrido país.
Hicimos una salida comunitaria corta con toda la comunidad al zoológico de la ciudad. Fue una linda oportunidad para compartir como familia, disfrutar de la creación, conocer animales nuevos, y tuvimos la fortuna de regresar todos a casa porque a ninguno dejaron allí.
El viernes en la tarde habíamos concertado la visita a las Hermanas Terciarias Capuchinas en una población vecina a la Capital, San José Pinula, en donde tienen el noviciado y en donde se encontraban las hermanas que sirven en Guatemala en retiros espirituales. Celebramos juntos la Eucaristía, cenamos y regresamos a casa hacia las 21.00 horas.
Una visita diferente ésta de la fraternidad Mártires Amigonianos, por el lugar, por la calidad de las personas que habitan esta casa de familia que propicia la formación; una dedicación total a los hermanos en los días de nuestra permanencia; la posibilidad de conocer a cada uno más de cerca y no apenas sus rostros y nombres; conocer el proceso de crecimiento en que están a los cinco meses de iniciado, ajustando la propuesta del postulantado al nuevo diseño del Plan de Formación; la calidez de los hermanos del equipo formativo, las delicadezas de cada uno de los postulantes, la alegría en casa durante estos días, le dan frescura a la visita y hace propicio el acompañar, animar, fortalecer a los hermanos, poniendo como horizonte de nuestras vidas el regreso al amor primero y el rescate de la vida comunitaria fraterna en su dimensión más profunda.