Emprendimos viaje de Torrelavega para Portugalete en Bizkaia los padres Oltra y Marino, acompañados por los hermanos Jurgen y Domingo Lecumberri. Nos esperaban para la comida y a muy buen tiempo llegamos al Hogar Saltillo, esperándonos en casa los hermanos: Fr. Juan José Baz, superior, director y coordinador de la Fundación Amigó en Bizkaia; P. César Rodríguez quien es el administrador; Fr. José Horacio Gutiérrez ya jubilado que se mantiene en plenas actividades en la casa; Fr. Javier Díaz Mazparrote, religioso educador que diariamente acompaña el acontecer apostólico en Loiu.
Desde el primer día se nos entregó la agenda de actividades, con los espacios y el tiempo para realizar las Asambleas Comunitarias en donde exponer a los hermanos los temas nucleares de la visita: Volver al Amor Primero como el rescate de la relación preferencial con el Señor; y la Vida Comunitaria Fraterna como un reatar relaciones humanas y cercanas con los hermanos. Nos dejamos iluminar de las Constituciones, específicamente en los números 54 para la relación con el Señor y 38,42,47 para la reconstrucción de la relación con los hermanos en la fraternidad. Tuvimos el tiempo suficiente para dialogar, compartir, presentar inquietudes y situaciones afines a estos dos temas troncales de la Visita.
Visitamos al Pastor de la Diócesis de Bilbao, Don Mario Iceta, quien a pesar de un encuentro preparatorio para la reunión con el arzobispado de Burgos como diócesis sufragánea, nos regaló un espacio generoso; como todos los obispos, reconocido y agradecido como pastor por la presencia de la Congregación y su carisma específico en la región; nos informó del gran aprecio en que la sociedad, el gobierno y los sacerdotes tienen a la Congregación; le informamos del trabajo que realizamos en diversos sectores y cómo éste es llevado en su mayoría por laicos comprometidos, y ahí ,entró para decirnos que le parecía muy bien, pero que nos rogaba con fervor para que nunca abandonáramos las comunidades, pues el religioso siempre sigue siendo el referente y quien porta la memoria carismática.
Visitamos junto con Fr. Juan José Baz, todas las 7 obras que en diferentes localidades llevamos desde nuestro actuar carismático y apostólico: Hogar Saltillo y Hogar Amigó en Portugalete; Zabaloetxe en Loiu; Udaloste en Bilbao; Zabalondo, Lotura en Berango y el Hogar Muskiz. Son centros de atención a chicos con problemas de conducta, otros por situaciones de violencia filioparental; otros programas que atienden una situación muy grave y que se ha hecho evidente en los últimos épocas y es progresiva: las familias con hijos adoptivos, en donde se ha truncado esta adopción, familias rotas, en donde los adoptados han sufrido un segundo abandono y cargan con situaciones muy complejas. ¡Qué riqueza es el carisma de Amigó! Cómo nuestro amado Padre y Fundador de verdad miró más allá y supo, como profeta, avizorar problemáticas humanas que se enmarcarían dentro del carisma que él regaló a la Iglesia y que los amigonianos seguimos actuándolo en su nombre. Es un gozo grande escuchar a los laicos, apropiados no solo de nuestro actuar estratégico y pedagógico, sino la manera como han introyectado la identidad de nuestro ser carismático y comparten sus reflexione desde la teología, filosofía, pedagogía, metodología y estrategias, buscando siempre dar respuestas nuevas, innovadoras, para no hacer más de lo mismo; respuestas más adecuadas a las necesidades que nuestro chicos van presentando y en los lugares en donde se presentan. Creo que vamos dando pasos gigantes para que nuestra experiencia pedagógica se convierta en saber y vaya sentando las bases epistemológicas de una nueva ciencia que, nacida del espíritu del evangelio y practicada en el amor, se abra caminos con nuevos ropajes e imagen respetable con el aval de la ciencia.
Visitamos también como de costumbre cuando están en nuestro entorno, la comunidad que nuestras Hermanas Terciarias Capuchinas tienen en Barakaldo, atendiendo también dos hogares de la diputación, con niñas y niños con problemas conductuales y en perfecta armonía con los hermanos amigonianos.
Un encuentro que siempre nos carga de grande alegría es la posibilidad de conversar con los coordinadores y algunos de los educadores de nuestros centros. Sentir en su lenguaje el hablar de sus almas, la pasión humana y social y en muchas ocasiones el gozo espiritual del compartir carismático y apostólico que nace de estas urgentes necesidades de nuestros niños; escuchar de ellos que han tenido oportunidades para ir a otros lugares aún con mejores remuneraciones, pero que este es su proyecto de vida y no podrían cambiarlo; descubrir cómo hacen una permanente reflexión sobre sus proyectos pedagógicos, las estrategias que utilizan con los niños y entender que todo esto tiene una fuente nutricia que es la espiritualidad amigoniana, es sentir que nuestro carisma cada día está en crecimiento y que a los religiosos nos están poniendo estos hermanos laicos, un listón muy alta, para continuar a su lado trabajando con los mismos objetivos y desde la misma pasión.
Agradecemos a cada uno de los hermanos de la comunidad por su acogida, por la apertura, por la riqueza de la reflexión y por el don de la fraternidad vivida en estos días. Quiera Él, dador de todo bien construir junto con ustedes una nueva realidad que tenga como base la relación cercana y humana que conduzca a Dios.