Acontecer del XXII Capítulo General

El Superior General, dió la bienvenida a los 23 hermanos capitulares quienes durante las próximas dos semanas (29 de abril-10 de mayo), reflexionarán juntos, alternando tiempos de oración, reflexión personal, compartir en grupos y la revisión de informes de las diferentes dimensiones de la Congregación, las Provincias, la Universidad Católica Luis Amigó y la Fundación Amigó entre otras.

De igual manera se trabajará en grupos las propuestas recibidas y enviadas para ser revisadas en el Capítulo, además de la conclusión y los correspondientes Acuerdos a los que llegue el XXII Capítulo General.
Finalizando con la elección del Superior General y Consejo para el próximo sexenio.

¨Entramos en esta sala capitular con la confianza de que el Espíritu nos precede y nos guía. Sostiene nuestro carisma y nuestra misión, que serán la referencia de todo nuestro trabajo¨.

De manera especial te pedimos orar por los frutos del XXII Capítulo General de los Amigonianos.

ORACIÓN POR EL XXII CAPÍTULO GENERAL

Señor, nos dirigimos a Ti a las puertas de nuestro XXII Capítulo General y, en sintonía con los objetivos del sexenio que termina te pedimos:

– Que con generosidad y fidelidad crecientes colaboremos creativamente en la continua renovación de nuestra Congregación, según el propio carisma, acogiendo los impulsos del Espíritu, y que la renuncia a determinados bienes, auténticos pero transitorios, nos haga, cada día más, libres, manifieste la fuerza del Espíritu y sea nuestro primer servicio a los jóvenes que educamos.
– Que nos ayudes con tu gracia a edificar la fraternidad, ejercitándonos diariamente en la mutua aceptación y perdón, y a comprender, con nitidez renovada, la necesidad absoluta de la oración y de armonizar en nuestra vida: la fe en Dios y en el hombre, la oración a Dios y la acción misericordiosa en favor del hermano.
– Que cada vez mejor, encarnemos tus actitudes de Buen Pastor, como zagales de tu rebaño, caminando delante de las ovejas, buscando a las que se pierden, compartiendo sus alegrías y penas, aprendiendo por experiencia la ciencia del corazón humano y dando la vida por todas, para promover así su desarrollo integral como personas y su progresiva inserción a la vida social.

Te lo pedimos por medio de Nuestra Madre de los Dolores, a quien nos confió el Padre Fundador. Ella es nuestro modelo, protectora y fuente de la misericordia, fortaleza y ternura que requiere nuestra misión. Y sus dolores son para nosotros constantes lecciones de amor.

Tu que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén

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