Visita Canónica Comunidad Colegio San Nicolás de Bari Teruel, Aragón

Concluida la reunión de superiores de la Provincia Luis Amigó en el Seminario San José de Godella, en la que hicimos presencia el P. José Oltra y este servidor, P. Marino Martínez, el mismo martes 24, junto al superior de la comunidad de Teruel, el P. Miguel Argente, salimos con dirección a esa ciudad, a hora y media de camino de Valencia.
El mismo día de llegada, después de confeccionar la agenda de la visita con la comunidad en donde están presentes también el P. Tomás Barrera D. Y el P, José Demetrio Narbona quien ejerce como coordinador nacional de la pastoral de los centros cerrados para menores y capellán de la cárcel de la ciudad, decidimos iniciar con la apertura de la visita en la Eucaristía de la mañana siguiente, y luego a las 11.15 de, tener el primero de los cuatro encuentros comunitarios para presentar los dos núcleos de la visita, el regreso al amor      primero y el rescate de la vida comunitaria fraterna, así como los  mecanismos de la visita, compromisos de los hermanos y de la comunidad, y los hallazgos y recomendaciones que dejan los hermanos visitadores. Todo fue llevado a cabalidad en plena armonía, con participación de calidad y con una evaluación buena de parte de los hermanos.
Como la visita es ampliada, nos encontrarnos con la directiva de una Fundación privada llamada CEPAIM, quienes tienen en alquiler una parte de la casa y desde allí manejan en la Provincia de Teruel todos los asuntos relacionados con los migrantes y con las familias que viven en dificultad, incluido un grupo de seis migrantes que se alojan en una casa aledaña y unos espacios dedicados a talleres y aulas de clase de español.
Visitamos las poblaciones situadas a media hora de casa y en donde los hermanos ejercen el servicio de párrocos: Caudé, con 200 habitantes, donde nos recibió un grupo de 17 personas fieles de la comunidad y con quienes compartimos un largo rato y visitamos el bellísimo templo del siglo XVII, recién redecorado y poseedor de verdaderas joyas de la imaginería, así como otros objetos de mucho valor por su antigüedad;  y Concud, de 150 habitantes, y también fuimos recibidos por un grupo de 9 personas compartiendo acerca de su parroquia y del significado del sacerdote; allí el templo fue destruido en la guerra del 36 y en las baldosas se pueden ver aún las quemaduras sufridas  por el fuego de la gasolina derramada.
Estuvimos también visitando la población de El Cuervo, de unas 150 almas, a 45 kilómetros de Teruel, y en donde ejerce como párroco el P. Miguel Argente. Una población pequeña, hermosa, entre la montaña y el río Ebrón.
Al pedir al señor Obispo un espacio para saludarlo, tomó la decisión de venir a nuestro encuentro, gesto muy de pastor. En casa nos encontramos con Don Antonio Gómez, consagrado hace nueve meses para la diócesis de Teruel Albarracín, departimos con él toda la comunidad y luego de comer juntos se retiró, no sin antes agradecerle tan buen gesto, reconociendo él a su vez el significado de los  hermanos en la ciudad y diócesis y el servicio de pastores que  prestan en las comunidades que atienden.
Fue ocasión propicia para el encuentro con la familia amigoniana de las cooperadoras amigonianas. Unas catorce damas de la ciudad, muy alegres, comprometidas, reconocidas, acompañadas y apoyadas por los hermanos. Les dimos el saludo usual, les contamos acerca de la familia amigoniana en los diferentes sectores del mundo amigoniano y concluimos con una muy buena merienda cena, hecha de delicias de la tierra de Teruel.
Es de anotar que en uno de los pisos bajos de la casa, tiene lugar la parroquia de la comunidad Ortodoxa que atiende la población rumana que habita en la región. Nos encontramos con el párroco, el padre Adrián, quien muy amablemente nos mostró el templo y nos contó del movimiento parroquial y el sentido de algunos ritos que celebran.
Como comunidad, hicimos un paseo comunitario a la población de  Albarracín, considerado el pueblo más bello de España. Realmente es una joya, por su arquitectura, por su mantenimiento, por su paisaje y porque la comunidad es muy acogedora con los turistas y  visitantes.
Agradecemos a los hermanos de esta querida comunidad, quienes ya jubilados, mantienen actividad plena, convivencia comunitaria armónica y el reconocimiento histórico que la ciudad ha tenido por esta obra de la Congregación ya más que centenaria, donación que fue de la señora Dolores Romero.

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