Cuando en el año 2012 se dio inicio a la Ruta Pedagógica Amigoniana como proyecto de la Congregación de Religiosos Terciarios Capuchinos – Amigonianos – impulsada desde el Gobierno General, constatamos cómo el hacer pedagógico del mundo amigoniano estaba lleno de creatividad, unas veces caótica, porque nacida de la pasión por ayudar y a la espera de un orden, otras veces como primicia de un saber aún no definido, y otras con visos de conocimientos organizados, en la búsqueda de metodologías adecuadas y de personas con la formación y la pasión necesaria para enfrentar el mundo de la exclusión.

Se pensó entonces en la posibilidad de que, desde cada uno de los lugares del amplio mundo amigoniano, mirando las realidades lacerantes producidas por las múltiples miserias que el ser humano viene inventando, ideáramos respuestas adecuadas a las perentorias necesidades de los seres humanos excluidos del mundo, en especial los más pequeños y con menos posibilidades, razón de nuestro ser apostólico carismático.